Salgo a pasear, aunque habían anunciado lluvia en la televisión.
Estoy lejos de casa y tengo frío, pero quiero llegar a los bosques de P. para caminar sin rumbo como tanto me gusta.
Siento unas gotas caer y en unos minutos tengo la ropa (y los pies) mojados.
No me importa mojarme, me gusta la lluvia.
Camino por un rato bajo ella, mientras otras personas usan sus paraguas y corren a guarecerse dentro de algún negocio abierto.
Parado en el vestíbulo de un hotel veo caer la lluvia y el granizo, la lluvia me recuerda a ti.
Lluvia. Impredecible y melancólica. Así como eres tú.