sábado, 16 de noviembre de 2013

Happy Birthday

I

Hace unos días fue tu cumpleaños. Soy unos cuantos meses mayor que tú, aunque ya no creo que lo recuerdes.
Me gusta pensar que si, a pesar de los años transcurridos. Quien sabe, me gustaría preguntártelo alguna vez y sacarme esa duda.
Yo si lo recuerdo, recuerdo tu ansiedad previa, las conversaciones sobre tu signo zodiacal y su espuria relación con tus celos.

II
En los últimos días te recuerdo mucho. Normalmente no recuerdo los cumpleaños ajenos, en verdad si los recuerdo los días previos pero al llegar el día lo olvido. Contigo no pasa eso.
Al llegar ese día imagino que hablamos, que hablamos de todo y de nada como entonces. Podíamos pasarnos horas conversando; ya sea caminando por el parque, sentados en un bus o la sala de tu casa.
Qué fácil era divagar contigo, empezábamos hablando de tu tarea de matemáticas que tanto te atormentaba, del acné de tus compañeros, de lo mucho que odiaba el colegio, de cuál sería nuestro futuro (juntos y por separado) o si nuestro equipo de fútbol rompería alguna vez la racha sin títulos.

III
Ahora me pregunto que será de tu vida, si eres feliz. En ese entonces lo eras o lo parecías al menos.
Ser feliz, bah. Definamos que significa ser feliz respondo cuando algún interlocutor toca ese tema cuasi tabú para mí.
Responder con evasivas y con aires de autosuficiencia me funciona para salir del paso ante ese tipo de cuestiones casi metafísicas

IV
Nuestras madres son amigas, o lo eran entonces. Hace mucho que dejaron de encontrarse en lugares comunes donde se encuentran las mamás.
Nos conocimos cuando éramos niños, entonces no me simpatizabas. Como la mayoría de niños era algo misógino o quizás desde entonces ya me costaba relacionarme con las mujeres y entablar alguna relación con ellas.

V
Pasó el tiempo y un día fui a buscar a tu hermano para ir a no sé dónde.
No nos habíamos visto buen tiempo, me llamó la atención que estabas más bonita de lo que recordaba.
Tu hermano y sus duchas de 45 minutos nos permitieron conversar buen rato, te sentaste frente a mí y me preguntaste sobre lugares comunes, lo mismo hice yo mientras observaba cómo te acomodabas tu largo cabello negro y tus vivaces ojos de ardilla.

VI
Tú también te fuiste, o me fui yo. No importa ya.
No puedo dormir, navego en internet buscando videos.
Encuentro este http://www.lyricsdepot.com/pulp/disco-2000.html y recuerdo aquellos tiempos cada vez más lejanos.
Todo pasa y nada permanece dicen aunque creo que ciertos momentos vividos si.

martes, 27 de agosto de 2013

Incompatibilidad

Hace frío y esta noche, como tantas veces, estamos parados en tu puerta.
Intento besarte pero me rehuyes. No, dices. No está bien.
Me gusta hacer preguntas incómodas, así que te pregunto por qué.
-Te quiero pero no así. Entonces cómo me quieres replico.
-¿Qué buscas en mí?
-Tú lo sabes, sabes que te quiero y lo que siento por ti.
-No puede ser, no tiene caso intentarlo.
-¿Y por qué?
-(Silencio eterno) Porque somos incompatibles.
-¿Y qué carajo significa eso? (con tono sarcástico)
Te explayas describiendo a un ser casi insoportable. Sonrío y sin darme cuenta muevo la cabeza.
Los años me han curtido, puedo sonreir aunque tenga ganas de golpearme la cabeza.
Te escucho, asiento algunas cosas, replico otras. Me convences y me convenzo de que no tiene caso.
En algún momento dices que quieres volver a enamorarte como te enamoraste de él.
No sabes que eso nunca más pasará, porque ya no tienes 25 años, porque al menos una vez destruyeron tus ilusiones, porque no vuelves a ser la misma persona después de que tienes que sacar tus cosas de la casa que compartiste con alguien.
Sonrío y te lo digo, nunca más volverás a ser la misma.
-Tú que sabes respondes. Todo puede pasar.
-Ojalá me equivoque pero creo que persigues una imagen que se desvanece. En fin, es tu decisión.
-Creo que sería mejor dejar de vernos.
-Supongo que si. Adiós.
Por un instante te veo antes de que cierres la puerta, que lindos ojos tienes pienso. Me enloquecen la forma como muerdes tus labios y tu olor.
Estás muy guapa hoy murmuro. Voy lentamente hacia mi auto. Lo enciendo pero no me quiero ir.
Es el fin de una era. Después de siete años cerramos el círculo. Si, somos incompatibles pienso, aunque no me deja conforme esa razón.

miércoles, 17 de julio de 2013

Tu mirada

Nos encontramos después de mucho tiempo.
Me siento raro al ir a recogerte del terminal, tengo la absurda idea de que no me vas a reconocer.
No ha pasado tanto tiempo, no he cambiado tanto, al menos no físicamente.
Igual tú, estás igual de bonita que antes. Tus ojos, tu sonrisa, tus pecas.
Pecas, me gustan las pecas, me gustan tus ojos perfectamente enmarcados en tus marcadas cejas.
¿Dónde vamos? preguntas.
No sé, respondo. ¿Tienes hambre, quieres tomar algo?
Un café dices después de pensar un rato.
Ya, ¿dónde? pregunto.
En verdad que malo que soy para esto de las citas, hubiera planeado antes dónde ir, opciones de comida y bebida.
Felizmente cortas el silencio y propones una conocida cadena de café.
Listo, vamos entonces.
Durante el trayecto me cuentas sobre tu viaje, dónde vives ahora después de terminar con tu ex, me cuentas de tu nuevo trabajo.
Escucho atentamente y me preguntas ¿y qué es de tu vida? Sólo he hablado yo.
Digo no hay mucho que contar después de un breve silencio.
Mi trabajo es el mismo que tenía cuando dejamos de vernos, vivo en la misma casa.
Hacemos planes, ir al cine, ir a tomar algo, ir a comer.
El tiempo pasa rápido contigo, estoy entretenido.
No dejo de ver tus ojos mientras me hablas, presto atención a lo que me cuentas (lo que no es muy común en mí).
Llega la hora de llevarte a tu casa, no quiero que termine esta noche.
Me dices ya vamos, mañana tengo que trabajar. Yo también respondo.
Me sigues contando lo que ha pasado en tu vida durante estos años de ausencia.
Finalmente llegamos a tu nueva casa, bajamos del auto para despedirnos.
Te beso en la boca para sorpresa tuya, para sorpresa mía me respondes.
Hace tiempo que quería hacer esto te digo.
Sonríes dulcemente.

El rito - Soda Stereo

sábado, 23 de marzo de 2013

Samba

Canto de mar
Viste de gris un dia de sal
La bruma y agua al clarear
Carga mis ojos al pasar
De la mañana soy la sal
De noche en mi alma llovera


Sé que es una de tus canciones favoritas. Subo el volumen al máximo y volteo para darte un beso.
Me das miedo cuando manejas, gritas y me dices que soy un loco al volante.
Loco, no eres la primera ni serás la última que me lo dice.
Pero en tus labios suena mejor.

Te puedo ver
Estas aqui aunque no estés
El rey del mundo puedo ser
De las estrellas y su manto
Y sin embargo
Ya no eres tanto como ayer
Sin ti volatil puedo ser
Puedo desaparecer
Es mi promesa el intentarlo
Que no seas tanto
Ya no eres tanto como ayer


En un semáforo en rojo paramos y tomo tu huesuda mano, me encantan tus manos de bruja (no te ofendas porque tu misma las describiste así).
Te robo un beso, tus labios ya no son dulces por el tabaco.
Nos hemos fumado cajetilla y media entre los dos esta noche y, a decir verdad, me gusta mucho el sabor del tabaco. Fumo por el sabor del tabaco.
Sonríes. Me hacen cosquillas tus bigotes dices.
Te raspo, te ríes, te muerdo, gimes, me muerdes.

Si no te voy a querer mal
Corriendo como un animal
Voy a tenerte y sin dudarlo
Eso haras
Si junto a mi te quiero ver
Yo slo tengo que ofrecer
Que no te voy a querer tanto
Como ayer


La noche llega a su fin, nos estacionamos en la entrada del edificio donde vives.
Hace frío, te arropas con ese lindo saco de jean que tanto me gusta.
Nos damos un largo beso de despedida, no quiero que termine, aún no te vas y ya te extraño.

Podria decir,
Tuviera ganas de decir
El hambre en ti me hara cantar
Una cancin que te retenga
Y prisionera que te mantenga
Junto a mi
Coquetamente mueves la cabeza y te arreglas el hermoso cabello negro que tienes.
Te quiero mucho decimos cada uno, llámame mañana que te voy a extrañar finalizamos.
Suspiro.

Sin ti ya no puedo vivir
Sin ti ya nadie queda en mi
Podria decirte sin embargo
Que no eres tanto
Que vivo muerto junto a ti


¿Y ahora qué? me preguntas con una sonrisa traviesa al momento de abrir la puerta de entrada.
Suspiro, si pues ¿y ahora qué? murmuro.
Te guiño un ojo y sonrío de lado.

Subo al auto y lo enciendo, si pues ¿y ahora qué? murmuro otra vez.
Enciendo un cigarrillo. Tras la primera pitada enciendo el auto.
Repito nuestra canción todo el camino de regreso.
Pienso en mi esposa, pienso en tu esposo. 
Y ahora qué pienso.

(Canción: Samba, Autor: Mar de Copas)