Intento besarte pero me rehuyes. No, dices. No está bien.
Me gusta hacer preguntas incómodas, así que te pregunto por qué.
-Te quiero pero no así. Entonces cómo me quieres replico.
-¿Qué buscas en mí?
-Tú lo sabes, sabes que te quiero y lo que siento por ti.
-No puede ser, no tiene caso intentarlo.
-¿Y por qué?
-(Silencio eterno) Porque somos incompatibles.
-¿Y qué carajo significa eso? (con tono sarcástico)Te explayas describiendo a un ser casi insoportable. Sonrío y sin darme cuenta muevo la cabeza.
Los años me han curtido, puedo sonreir aunque tenga ganas de golpearme la cabeza.
Te escucho, asiento algunas cosas, replico otras. Me convences y me convenzo de que no tiene caso.
En algún momento dices que quieres volver a enamorarte como te enamoraste de él.
No sabes que eso nunca más pasará, porque ya no tienes 25 años, porque al menos una vez destruyeron tus ilusiones, porque no vuelves a ser la misma persona después de que tienes que sacar tus cosas de la casa que compartiste con alguien.
Sonrío y te lo digo, nunca más volverás a ser la misma.
-Tú que sabes respondes. Todo puede pasar.
-Ojalá me equivoque pero creo que persigues una imagen que se desvanece. En fin, es tu decisión.
-Creo que sería mejor dejar de vernos.
-Supongo que si. Adiós.
Por un instante te veo antes de que cierres la puerta, que lindos ojos tienes pienso. Me enloquecen la forma como muerdes tus labios y tu olor.
Estás muy guapa hoy murmuro. Voy lentamente hacia mi auto. Lo enciendo pero no me quiero ir.
Es el fin de una era. Después de siete años cerramos el círculo. Si, somos incompatibles pienso, aunque no me deja conforme esa razón.