Cuando comenzó todo esto, conversamos e intentamos definirlo pero no le encontramos ningún concepto asociado que le calce.
Recuerdo que te dije no quiero dominarte, ni quiero que me domines, solo quiero que la pasemos bien. Pase lo que pase que sea bonito.
En otra ocasión, te dije sé que tú también te irás. Te molestaste y me dijiste nunca más me compares con las otras. Nunca te he comparado, las comparaciones son odiosas y odio que me comparen. Pero desde el primer día tuve la sospecha de que no duraría para siempre, así en algún momento lo hayamos querido.
Sonreiste cuando te confesé que me das miedo. Si, me da miedo pensarte tanto y apostar tanto por ti. Me hiciste perder el control de mis emociones y pensamientos. Tú me puedes alterar en el sentido integral de la palabra.
Recuerdo la conexión tan fuerte que teníamos, me gustaba decirte que te puedo olfatear a distancia, sabía cuando estabas bajoneada así no te vea ni haya hablado contigo. Era especial.
Hemos hecho planes juntos, muchas veces imaginamos un futuro juntos, intentamos separar tiempo para dedicarlo al otro, por uno u otro motivo esos planes no se realizaron y creo que tampoco se realizarán.
Últimamente tuvimos desencuentros, no estuve cuando me necesitaste, dejó de interesarte lo que me interesa y te molestó mi forma de decir las cosas, perdí las ansias por verte y hablar contigo.
Ambos cumplimos nuestra promesa, siempre fue bonito, siempre fuiste bonita y eso es lo que queda.
Te quiero mucho, más de lo te imaginas, pero creo que ya comienzo a despedirme de tí.
Huraño. Taciturno e introspectivo para algunos. Lúgubre y sórdido para otros.
viernes, 22 de abril de 2011
Todo da vueltas
Hasta hace no poco tiempo, llamaba a Trigger para invitarla a salir. Ir al cine, a tomar un trago o comer, asistir a un concierto, sea lo que fuere, era buena opción. Lo habitual desde que la conozco, es que esos planes queden truncos. Pero eventualmente se concretaban y cuando era así, eran jornadas memorables.
Me gustaba mucho su compañia, porque compartimos en buena parte los mismos gustos musicales, tenemos varios conocidos en común y nuestras vidas son similares en algunos aspectos.
Cuando me casé dejé de verla, hasta que volvimos a frecuentarnos poco antes del fin de mi matrimonio, después de eso, nos hemos visto algunas veces.
Debes recordar con una sonrisa que la última vez fui a verte, literalmente bajando del avión. Hubiera querido no ir nunca a ese encuentro. A partir de esa noche, las cosas cambiaron entre nosotros y todo parece indicar que ese cambio será permanente.
Es voz común que en toda relación (o subespecie de relación) siempre hay una parte que está más interesado en la otra. Es un rol que en más de una oportunidad me ha tocado desempeñar, aunque a veces me averguence reconocerlo.
La melosería propia del último encuentro se disipó tras esa madrugada. Un te quiero forzado por las circunstacias, olfatear tu aroma como de costumbre, hacerte cosquillas con mi bigote, saborear tus labios, pellizcarte mientras escondes tus manos (porque no te gusta como son), contarte las pecas...lo que antes esperaba con ansias, ya no me llama la atención.
Es raro, me siento raro, durante buen tiempo yo he sido el interesado en pasar tiempo contigo, pero las últimas veces yo he sido el que te ha plantado. Cena, concierto, discoteca, por citar las últimas 3 ocasiones.
Los años han pasado y ni tú ni yo estamos en nuestro mejor momento como cuando nos conocimos. Sigues siendo guapa y sigues siendo medianamente interesante, pero ya no me provoca verte.
Esbozo una sonrisa cuando me dices cuándo nos vemos o me propones alguna actividad y hago lo mismo mientras te respondo que para otra vez será. Tal y como lo hacías tú. Todo da vueltas me decía un viejo amigo. Todo da vueltas.
Me gustaba mucho su compañia, porque compartimos en buena parte los mismos gustos musicales, tenemos varios conocidos en común y nuestras vidas son similares en algunos aspectos.
Cuando me casé dejé de verla, hasta que volvimos a frecuentarnos poco antes del fin de mi matrimonio, después de eso, nos hemos visto algunas veces.
Debes recordar con una sonrisa que la última vez fui a verte, literalmente bajando del avión. Hubiera querido no ir nunca a ese encuentro. A partir de esa noche, las cosas cambiaron entre nosotros y todo parece indicar que ese cambio será permanente.
Es voz común que en toda relación (o subespecie de relación) siempre hay una parte que está más interesado en la otra. Es un rol que en más de una oportunidad me ha tocado desempeñar, aunque a veces me averguence reconocerlo.
La melosería propia del último encuentro se disipó tras esa madrugada. Un te quiero forzado por las circunstacias, olfatear tu aroma como de costumbre, hacerte cosquillas con mi bigote, saborear tus labios, pellizcarte mientras escondes tus manos (porque no te gusta como son), contarte las pecas...lo que antes esperaba con ansias, ya no me llama la atención.
Es raro, me siento raro, durante buen tiempo yo he sido el interesado en pasar tiempo contigo, pero las últimas veces yo he sido el que te ha plantado. Cena, concierto, discoteca, por citar las últimas 3 ocasiones.
Los años han pasado y ni tú ni yo estamos en nuestro mejor momento como cuando nos conocimos. Sigues siendo guapa y sigues siendo medianamente interesante, pero ya no me provoca verte.
Esbozo una sonrisa cuando me dices cuándo nos vemos o me propones alguna actividad y hago lo mismo mientras te respondo que para otra vez será. Tal y como lo hacías tú. Todo da vueltas me decía un viejo amigo. Todo da vueltas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)