miércoles, 28 de diciembre de 2011

Felices Fiestas

Navidad y Año Nuevo. Momentos especiales para la mayoría. Momentos de planes, unión, balance de fin de año. Desde que tengo uso de razón no me gustan estas fechas, la euforia circundante me nubla aún más y me siento más lúgubre y melancólico que de costumbre.
Uno hace planes, se plantea metas por cumplir y cambios por realizar. Al final del año veo que no cumplí mis metas así como tampoco mis planes.
Si, en el momento previo a la llegada de un nuevo año me contagio de la euforia y pido un deseo que normalmente no se cumple porque es algo que está fuera de mis posibilidades poder cumplir (como que el equipo de fútbol del que soy hincha sea campeón).
Días antes pienso, en que las fechas son construcciones humanas, definimos el 1ero de enero como inicio del año, pero hubiéramos podido escoger el 1ero de marzo o el 17 de agosto. Existen calendarios  diferentes como el judío, islámico, chino y el maya (con el fin del mundo incluido) entre otros.
No debería sentirme más lúgubre y melancólico como tampoco debería sentirme eufórico y ansioso, es un día más al que acordamos ponerle un nombre especial.
Un nuevo comienzo, un nuevo intento, me viene a la mente el concepto de eterno retorno de Nietzsche. Libramos una lucha eterna pero futil porque volvemos al mismo estado inicial, al mismo punto de partida.
La historia se repite y el futuro es ninguno reza una vieja canción que canturreo en estos días. Más que en otros.

No hay comentarios: