Sabes que me gustan mucho tus enormes ojos. Vivaces, huidizos, pícaros y provocadores. Aunque quizás te parece que tengo la mirada perdida (como perdidos mis pensamientos) los veo con renovada atención.
Estás recostada en mi regazo y te acurrucas por el frío. Escuchas mi respiración dificultosa y me preguntas si estoy bien. Estoy bien, sólo que me funciona sólo uno de los orificios nasales te digo.
Recuerdo y pienso en voz alta, como tantas veces lo hago mientras estoy contigo. Parece que hablara solo, como un autómata, pero en realidad hablo contigo.
Vienen recuerdos, muchos recuerdos de tiempos pasados y no tan pasados, de conversaciones sostenidas contigo, frases hirientes que no hirieron y de las que son dignas de recordarse.
Te olfateo. Ahora si tengo guardado tu olor en mi memoria. Te incomodas porque te huelo, pero no puedo evitar hacerlo. Cuando vuelvas a oler como esta noche, voy a recordarla te digo. Es por eso que te huelo añado, para justificar esa manía de guardar olores en mi memoria.
Pero si soy yo, siempre voy a oler igual. No, hueles diferente cada día, ligeramente diferente pero diferente al fin y al cabo sentencio.
Te cuento que veo las cosas a mi alrededor más opacas que antes. No estoy seguro si la realidad que me rodea ha cambiado, pero de lo que si estoy seguro es que la veo diferente. Me quieres porque estoy loco o a pesar de estarlo, me pregunto en los últimos días.
Me sorprendes. Con los ojos semicerrados me dices ves las cosas diferentes, de nuevo sientes la náusea. No sabía que habías leído el libro que se pasé, no imaginé que lo leerías, ni siquiera que recordarías algo de eso. Me emocionas.
Te beso repetidas veces. Sonríes con esa burlona sonrisa que tanto me gusta. Te quiero mucho susurro, yo también me respondes.
Pienso en los signos anunciadores, las situaciones privilegiadas y los momentos perfectos.
Me pregunto si esta es una situación privilegiada y si tenerte en mi regazo era uno de los signos anunciadores. Confundido pienso en qué debo hacer para que vivamos un momento perfecto.
Hemos vivido juntos algunas situaciones privilegiadas, o quizás no. Aún no. Me siento como Roquentin ante Anny, con miedo de caer en una trampa pero atrapado en tu extraño universo.
Quiero vivir situaciones privilegiadas y momentos perfectos contigo, pienso mientras besas suavemente mis labios.
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