miércoles, 12 de enero de 2011

No sé qué hago aquí

Arranco hoja tras hoja de mi cuaderno y a cada hoja la rompo en pequeños pedazos. Deben ser alrededor de las 11 de la mañana, me pregunto qué es lo que hago aquí si tengo cosas más interesantes por hacer.
Sin darme cuenta el pequeño montoncito de papel picado va creciendo y creciendo. Hay un viejo profesor hablando de los inicios de la república, pienso en lo asquerosa que me parece la república actual y si esa época habrá sido tan épica y heroica como la pintan.
Lo peor de todo, es que sí me gusta la historia, siempre me ha gustado, pero no como me la vende este viejo profesor.
Mi compañero de al lado sonríe al ver como el montón de papel picado ya cubre mi pupitre, absorto en mi tarea, sigo picando papel. ¿Cuánto tiempo tomará picar una guía telefónica en papeles pequeños?
No soy argentino, pero me viene a la mente la imagen de la salida a la cancha de Argentina en la final del mundial de 1978, el papel picado cubriendo las tribunas y la cancha, la celebración del Matador Kempes corriendo con los brazos abiertos, no puedo aguantar más la emoción y tiro el papel picado al patio, la brisa se lleva suavemente el papel picado. Trato de ver la trayectoria de cada papel, escucho la voz del viejo profesor gritando mi nombre. Una vez más pienso no sé que hago aquí.
Han pasado 16 años desde esa mañana, hoy estoy sentado en mi trabajo y pienso lo mismo: no sé que hago aquí.

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